Para conseguir un sueño, una meta o un logro hace falta más que el simple hecho de desearlo con todas nuestras fuerzas. Las cosas no suceden hasta que suceda; si tenemos hambre, tendremos que ir al supermercado y comprar alimentos, llegar a casa y prepararlos, en pocas ocasiones llegará a nuestra puerta un repartidor con una pizza gratis.
Un sueño es una pequeña estrella viva que necesita cuidado diario, requiere ser alimentado con la pasión que emana el corazón. El cobijo de la esperanza y la fe, la compañía de otros valores como la disciplina, la determinación, la responsabilidad, el entusiasmo y la libertad de dejarnos guiar por nuestra intuición.
Las metas y los objetivos se deben trazar en la mente y también en hojas de papel: hay que ponerles fecha de entrega, planear cuándo, cómo, dónde, con qué medios, quién puede ayudarnos.
Cada día hay que despertar con la seguridad de que nuestra misión es necesaria en el mundo. La mayoría de los éxitos dependen de la confianza en uno mismo, tu sueño es tuyo y necesita ser defendido por ti a capa y espada. Sólo necesitas tres elementos: tenacidad en el cuerpo, voluntad en el alma y esfuerzo diario.
¿Cuánto tiempo le vas a dedicar a tus metas el día de hoy?
No hay comentarios.:
Publicar un comentario