En años recientes el desarrollo de las técnicas de biología molecular ha facilitado considerablemente la tarea de identificación genética. Por ejemplo, el perfil o prueba de ADN, o huella genética como también se le llama, es una de las diversas aportaciones que las Ciencias Forenses han aprovechado.
La prueba de paternidad prenatal se realiza generalmente después de la 12 semana de embarazo, ya que ha demostrado ser segura y menos costosa. Además, sólo requiere de una muestra de sangre de la madre para separar el ADN fetal y así compararlo con el del padre.
Al respecto, investigadores del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses (España) explican que determinar el parentesco biológico de una persona es signiticativo, porque fortalece la unión entre padre e hijo, además de proporcionar información relevante al médico para sus diagnósticos y que servirán a los padres en la toma de decisiones sobre la salud del hijo esperado. Por ejemplo, este examen informa si un bebé tiene síndrome de Down.
El perfil de ADN, como recurso biomédico, abre esperanzadoras posibilidades al desarrollo de tratamientos individuales; es importante también para descifrar posibles detalles genéticos de ciertos tipos de cáncer.
Obra de Salvador Dalí, "La estructura del ADN".
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